Día Internacional de la Conciencia sobre el Ruido

Ruido
Sergio Morales
Todo el tiempo me pregunto cómo es posible que a diosito se le haya pasado absolutamente por alto el molesto y estúpido equipo de sonido del auto de mi vecino. A menos que mi señor padre haya considerado, en su sabiduría absoluta, que era necesario un poco de castigo divino a mi ya de por si sensible sueño nocturno, no entiendo la razón por la que este tipo escucha su música a un volumen tan alto.
Cada noche entre 2 y 3 am, dependiendo del estado de ánimo del tipo, me despierta de manera distinta. De lunes a jueves como que se siente así medio raperón pandillero malo y los bajos de 50 cents cimbran los vidrios de mis ventanas. No siempre es música rap, a veces es uno que otro reggaetonero que no conozco pero bueno… todos suenan igual. Pero lo que sí es de risa trágica es lo del fin de semana. Como que al tipo le entra el sentimiento y la nostalgia y ahí me tienes tratando de dormir con los gritos de Paquita La del Barrio. Estoy empezando a pensar que esa es la verdadera razón por la cual no me gusta la música de esa cantante. En realidad me siento sumamente aludido cada vez que grita “Me estás oyendo inútil”. Me pasa que entre lo dormido y lo despierto no distingo si me grita Paquita o mi vecino.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76% de la población que vive en las grandes ciudades, sufre de un impacto acústico muy superior al recomendable y esto se refleja en su calidad de vida y se manifiesta a través de: estrés, irritabilidad, hipertensión, dolores de cabeza, taquicardias, fatiga, sordera, aceleración respiratoria y cardiaca y problemas cardiovasculares, problemas del sueño y molestias digestivas así como la disminución de la capacidad y del apetito sexual, al tiempo que ha contribuido en el alarmante incremento del número de accidentes.
Muchos de los jóvenes de hoy en día (como mi vecino) sufrirán trastornos auditivos en el futuro por el volumen tan alto que le ponen a la música en su casa y/o en su coche, lo que también aumenta el riesgo de accidentes y por el enorme volumen de la música en los “antros” y fiestas particulares. Está comprobado que el oído tarda alrededor de 36 horas en recuperar su sensibilidad auditiva normal, después de estar sometido una noche a la música estridente de un antro o discoteca.
Ruido es todo lo molesto para el oído. Desde ese punto de vista, la más excelsa música puede ser calificada como ruido por aquella persona que en cierto momento no desee oírla.
El 25 de Abril se celebra el Día Internacional de la Conciencia sobre el Ruido. Este día fue organizado y auspiciado por la Liga para el Deficiente Auditivo (League for the Hard of Hearing), una institución con sede en New York con más 90 años de actividad en el tratamiento y prevención de la sordera.
Hagamos conciencia… y no hagamos ruido.

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