Sergio Morales
Ayer llevé a mi esposa y a mi hija a Eagle Pass Texas lo cual (sin querer ser un aguafiestas) es un verdadero martirio para mi persona porque no solo significa pasar cerca de 4 horas esperando a que un par de chicas seleccionen sus compras sino que también, hay que ser juez y opinar (con todo cuidado y precaución) al respecto de la apariencia de dichas prendas ya puestas en las humanidades de mis chicas. Es decir, cómo se les ven.
Generalmente cuando este evento ocurre trato de viajar a través de mi imaginación mientras ellas buscan por ahí, a veces juego un poco con mi celular pero la mayoría de las veces para acabar pronto pierdo mí tiempo mientras espero.
En esta particular ocasión, o más bien, en este particular viaje a las tiendas departamentales la diosa la fortuna (si es que existe una) hizo que mi esposa sugiriera que antes de ir a las tiendas de ropa pasáramos por una de esas clásicas tiendas de todo a un dólar lo que tampoco despertó mucho mi emoción porque salvo los chocolates que ahí venden, no recordaba ningún otro artículo que llamara mi atención.
Entramos y mi señora y mi hija se fueron directo al área de los vasos y platos, ahora que recuerdo algún tipo de fiesta estaban organizando, de ahí la gira por las tiendas, la ropa, los vasos, etc.. Al caminar por los pasillos de tan singular tienda llegué al espacio de los libros. Un lugar que había pasado desapercibido para mí en innumerables ocasiones. Y no soy totalmente culpable de este hecho, no me justifico, pero lo que pasa es cada vez que pasaba por ahí solo veía una gran cantidad de biblias y libros para colorear. Ojo, no estoy diciendo que la biblia o los libros para colorear no me interesen lo que pasa es que tanto de uno como de otro ya tengo suficientes en casa y por esta razón nunca me detenía allí.
Pues estaba en esa sección y para mi grata sorpresa me encontré (a un lado de las biblias ) libros muy interesantes de autores de renombre, novelas best-sellers, libros de cocina, de autoayuda, motivacionales, historias de fantasía, policiales, de misterio, libros autobiográficos, etc, etc… Ahí había libros de todo tipo. Me disculpo si para ustedes lectores esto resulta más que obvio pero para un servidor fue una noticia más que sensacional.
Las condiciones de los libros en cuanto al empastado, diseño y presentación pues eran prácticamente impecables porque los libros pues eran totalmente nuevos, a lo mejor no todos de reciente edición pero nuevos al fin.
De entre la gran variedad de opciones apiladas entre sí, me llamó la atención el libro PRODUCER de Wendy Walker y la mayoría de las personas como un servidor podrán decir ¿Y quién es Wendy Walker? Pues resulta que es la Productora Ejecutiva del programa Larry King Live uno de los programas de televisión más famosos en el mundo entero. Sinceramente por ese libro hubiera pagado con gusto los 24.99 dólares que tenía en el precio original de la pasta. Me pareció sumamente interesante conocer algunas de las experiencias de la persona responsable de uno de los programas más famosos en el mundo.
Comencé a leerlo ahí mismo en la tienda y sin darme cuenta ya estaba en la página 11 cuando mi esposa llegó conmigo para decirme que ya era hora de irnos a otras tiendas. Al llegar a la caja registradora le pregunté a la cajera por el precio del libro porque aunque es una tienda de todo a un dólar, hay algunos artículos que cuestan un poco más.
Un dólar- me dijo la señorita.
Por curiosidad pregunté el precio de todos esos libros que ahí tenían y me aseguró que cualquiera, sin importar tamaño, color, autor, calidad de edición, etc, etc todos valían un dólar.
Caray me pareció una oferta increíble y por supuesto lo compré y continué leyéndolo durante todo el día. De ahí nos fuimos a las tiendas de ropa, de zapatos, de juguetes, de plantas, todos esos lugares los cuales no disfruto mucho pero indudablemente tengo que acudir. El libro de tan solo un dólar (no puedo dejar de repetírmelo) me sirvió para que mi experiencia no resultara tan aburrida.
En este mundo tan moderno y acelerado, cada vez parece más difícil encontrarle un hueco a la lectura. El tiempo pasa entre el trabajo, navegar por internet, hacer deporte o salir con los amigos. Pero ¿cuándo hay tiempo para leer?
La lectura ayuda a desarrollar y perfeccionar nuestro lenguaje, mejora la expresión oral y escrita, además de que ayuda a la persona a tener un lenguaje más fluido. Aumenta el vocabulario y mejora la ortografía. Cuando uno lee, el bagaje cultural aumenta, ya que los textos proporcionan información y conocimientos. Así, esto nos ayuda a exponer nuestros propios pensamientos y nos ayuda a pensar de una mejor manera.
Según la Asociación Nacional de la Educación de Estados Unidos (NEA), casi un 57 por ciento de la población norteamericana acostumbra a leer pero tan solo un 26.5 por ciento de los latinos que viven en Estados Unidos tienen esta costumbre.
Según la UNESCO estos son los porcentajes más altos de lectura en el mundo.
1.- Japón 91%
2.- Suecia 80%
3.-Finlandia 75%
4.- Inglaterra 74%
He tenido oportunidad de visitar las bibliotecas públicas de distintas ciudades de Estados Unidos particularmente en el estado de Texas y todas sin excepción son sitios sumamente cómodos, apacibles, con un clima y ambiente perfectos para practicar la lectura. Lo mejor de todo, son lugares gratuitos.
Si no puedes ir a las bibliotecas públicas, hay muchísimos lugares en donde puedes encontrar libros a precios accesibles, bazares, Flea Markets, o hasta en Internet . Pero si estás de pasadita, o como yo, tienes una interminable tarde de espera, pues llega a una tienda de todo a un dólar, busca un libro de tu agrado y adopta esta buena costumbre.
Leer jamás será una pérdida de tiempo.
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