Boeing cree que el primer lanzamiento abortado será en febrero de 2017 y dos meses después la primera prueba de vuelo sin tripulación.
El programa de taxis espaciales que la NASA ha cedido a contratistas privados para la conexión con la Estación Espacial Internacional tendrá su primer vuelo tripulado en julio de 2017. Según Boeing, los planes incluyen una prueba de lanzamiento abortado en febrero de 2017, seguido de una prueba de vuelo sin tripulación en abril de ese año, luego un vuelo con un piloto de pruebas de Boeing y finalmente un vuelo con un astronauta de la NASA en julio de 2017.
Por su lado, SpaceX tiene prevista una prueba de aborto en plataforma en aproximadamente un mes, y luego de misión abortada en vuelo a finales de este año. Está previsto realizar una prueba de vuelo sin tripulación para finales de 2016 y una prueba de vuelo tripulado a principios de 2017.
Hablando por primera vez juntos desde la adjudicación de los contratos definitivos de desarrollo y certificación, funcionarios del Programa Commercial Crew de la NASA, Boeing y SpaceX, revelaron algunos de los detalles de sus planes para contar con un sistema de lanzamiento operativo tripulado que reconecte a Estados Unidos con la Estación Espacial mediante naves propias tripuladas. Desde el retiro de los transbordadores, todas las tripulaciones llegan en naves rusas Soyuz.
La NASA seleccionó a Boeing y SpaceX en septiembre de 2014 con sus naves respectivas, CST-100 y Crew Dragon, junto con los cohetes que los elevarán en órbita y todas las redes esenciales para la seguridad de los vuelos y operaciones en tierra de la misión. A diferencia de otras naves espaciales de la NASA, esta nueva generación de vehículos tripulados será diseñado, construido y operado por las propias empresas propietarias.
La nueva nave espacial permitirá ampliar la tripulación de la estación a siete astronautas y cosmonautas, lo que significa el doble de tiempo para la investigación a bordo, 80 horas a la semana en lugar de la actual 40. Además, la privatización del vuelo a la órbita baja de la Tierra permitirá a la NASA centrarse en los desafíos de la exploración del espacio profundo y el viaje a Marte con el cohete SLS y la nave espacial Orion.
Boeing y SpaceX prevén el uso de las instalaciones en el Centro Kennedy y la cercana estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral para lanzar sus naves.
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