Raúl Delgado, el mexicano en BYU, debe volver a ser Raúl Delgado

Sergio Morales

El Raúl Delgado que conocemos la mayoría de los mexicanos es el basquetbolista de gran nivel que viene de jugar de los Estados Unidos y brilla con las selecciones juveniles mexicanas en competencias internacionales. El Raúl Delgado que nos llena de orgullo anota 18.3 puntos por partido, captura 3.2 rebotes y roba casi dos balones por juego como lo hizo en Western Nebraska Community College. Obviamente no es lo mismo jugar Junior College que jugar en la División I de la NCAA pero quizás Raúl Delgado se ha olvidado de lo sensacional que es Raúl Delgado.
La competencia en BYU es muy fuerte y Raúl Delgado estuvo relegado en la banca casi toda la temporada pasada mientras Matt Carlino, Tyler Haws, Brock Zylstra y Craig Cusick se repartían los minutos en la duela. Pero el mexicano tiene el nivel para jugar con estos chicos y lo ha demostrado en muchas ocasiones. Es un gran tirador de larga distancia, su velocidad es excelente y es muy bueno en la defensa. Tiene la fortaleza para cubrir chicos incluso más altos que él si lo intentan postear cerca de la canasta y tiene la velocidad de piernas para impedir penetraciones desde afuera. Es listo y tiene buenas manos para robar el balón. Posee los fundamentos del baloncesto FIBA aprendidos en Chihuahua por lo que tiene una visión del juego distinta a los demás pues conoce lo mejor de “ambos mundos” . Domina llamada penetración al estilo “eurostep” con dos pasos y la penetración NBA que consiste en el salto con ambas piernas. Tiene experiencia internacional pues es pilar de selecciones mexicanas juveniles, en general es un chico con mucha duela recorrida.
Lo que puede estar pasando es que ante la fuerte competencia en BYU al parecer Raúl se ha “conformado” con cumplir un papel de rol y ha adaptado sus grandes capacidades a únicamente las funciones que le piden en el equipo, lo que tal vez no ha analizado Raúl es que esas funciones son cada vez menores o de menor importancia.
Si revisamos sus minutos en la duela, encontramos que en noviembre y diciembre del año pasado jugó casi 9.5 minutos por encuentro. En enero y febrero de este año participó tan solo 2.4 minutos por juego y finalmente en marzo más un juego en abril jugó menos de un minuto por encuentro.
Raúl no puede volver a su último año universitario con la mentalidad de ser un jugador de rol cada vez más escondido en el fondo de la banca. Raúl Delgado tiene las herramientas y la capacidad para brillar en BYU como lo hizo en Nebraska y como lo hace en las selecciones juveniles de México.
Raúl Delgado debe recordar que es Raúl Delgado.

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