Por: Héctor Candelaria
Cleveland – ¡Qué importante es conocer lo que conocemos! Por más redundante que pueda ser este argumento, me parece muy válido. El año de la Reforma Protestante en contra de la Iglesia Católica fue en 1517 y uno de los problemas que enfrentaba la Iglesia en ese tiempo era la falta de disponibilidad de las Sagradas Escrituras en manos de sus feligreses. Fue un tiempo para devolverle esta Palabra sagrada a las manos de todos aquellos que anhelaban conocer la verdad de Dios. Hoy, en pleno siglo XXI es la era de la información, aunque, también la era dónde el mundo hispano está lleno de iglesias que profesan la verdad pero que carecen de esta misma Palabra. La Biblia, que fue inspirada por El Espíritu Santo para que Su pueblo tenga el pleno conocimiento del evangelio de Jesucristo, tiene que ser predicada justamente como la misma Palabra lo enseña.
La Biblia es un libro con diferentes géneros literarios incluyendo: Parábolas, poemas, cánticos, proverbios, profecías, hipérboles, historias, etc. Aún con todas sus diferencias, la Biblia nos lleva por un patrón histórico. La Biblia no es un libro que nos habla de la historia del hombre. Es un libro que nos habla del plan de Dios desde antes de la fundación del mundo (vea Efesios 1:4). Vivimos en una historia controlada por el único Supremo Rey que ha prometido darnos salvación por su Hijo Jesús si ponemos nuestra fe en Él y nos arrepentimos de nuestros pecados.
En el año 1517 los feligreses de la Iglesia no tenían la Biblia en su mano. Hoy muchas iglesias evangélicas tienen la Biblia en mano pero carecen de un cierto conocimiento acerca de cómo se debe interpretar. Y esto, porque la persona de Cristo y el evangelio no es el centro de su interpretación.
A continuación veamos la evidencia Bíblica de cómo debemos de interpretar las sagradas escrituras. Hay un relato en el evangelio según Lucas dónde hay dos discípulos de Jesús que van de camino a Emaús. Se ven entristecidos y sin esperanza porque ellos pensaban que el Mesías (que significa Salvador) había muerto en una cruz sin cumplir lo que había prometido. Pero Lucas nos enseña que Jesús se les apareció por el camino, solo que, Jesús le había nublado sus ojos para que no supieran que Él iba de camino con ellos. Una vez los discípulos le expresan su pérdida de esperanza, Jesús los corrige y les dice: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:25-27). Aquí vemos la necesidad de ver como Cristo es la clave principal para interpretar la Palabra de Dios empezando desde Moisés, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento y luego terminando con los profetas que nos lleva hasta el último libro del Antiguo Testamento, Malaquías.
Si quitamos a Cristo de la Palabra, todo lo que queda es un libro de moralidad histórica buscando a Dios por nuestros propios esfuerzos. En el evangelio podemos ver como en Jesús el problema del pecado es resuelto, como por Jesús encontramos la paz con Dios y como por Jesús el favor de Dios está con sus hijos por la obra redentora en la cruz. Con esto podemos ver que no es solo tener la Palabra en mano la que nos da el conocimiento para la vida eterna, sino la forma en que la interpretamos.
Una interpretación sana de la Palabra de Dios nos da una perspectiva bíblica del plan de Dios y cómo Cristo siendo el centro de las Escrituras nos lleva a la vida eterna. ¿Ve usted qué importante es conocer lo que conocemos?
Héctor Candelaria es Plantador De Iglesia con la North American Mission Board y la RED 1:8 Church Planting Network. Es estudiante del Southeastern Baptist Theological Seminary completando sus estudios teológicos y está comenzando Connect Church, la cual es una nueva Iglesia en el área Oeste de Cleveland para personas que hablan inglés y español. Se puede comunicar con nosotros al 330-860-3945 o a través de nuestro correo electrónico: connectcleveland@gmail.com
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