Presentaba su documental en Sundance cuando afirmó que en una década el mundo llegaría a un punto sin retorno si no tomábamos medidas drásticas.
El 26 de enero de 2006 el exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore aseguró que nos quedaban diez años para tomar medidas drásticas respecto a nuestras emisiones de dióxido de carbono o el mundo llegaría a un punto sin retorno. Fue en el festival del cine de Sundance, donde presentaba su documental Una verdad incómoda, al que algunos llaman el powerpoint más rentable de la historia, pues le valió el Oscar y el Premio Nobel de la Paz. Así lo narraba la agencia AP:
Los norteamericanos lo han venido escuchando durante décadas, moviéndose entre aceptarlo o el escepticismo de considerarlo una parte natural de los ciclos naturales de calentamiento y enfriamiento de la Tierra. Y los políticos y grandes empresas han estado ignorando el asunto durante esas mimas décadas, hasta el punto de que si no se toman medidas drásticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero durante los próximos diez años, el mundo alcanzará un punto sin retorno, dice Al Gore.
Naturalmente, no se han tomado las medidas drásticas que nos lleva desde entonces exigiendo Al Gore, de modo que según sus apocalípticas consignas ya debería dar lo mismo lo que hiciéramos, porque el mundo está perdido. Salvo que parece que no lo está. Al Gore sigue viviendo del armagedón climático y ha pasado este aniversario en un congreso feminista en Mérida (México), donde aseguró que las mujeres son vitales en la lucha contra el cambio climático, esa lucha que según el Gore de 2006 ya habríamos perdido.
Durante estos diez años en que no se ha hecho gran cosa para contener las emisiones de gases de efecto invernadero. Tan sólo la reciente cumbre de París ha terminado en acuerdo, pero ha sido un pacto sin garantías de cumplimiento ni castigos por no acometer reducciones. El clima por su parte se ha obstinado en desobedecer las profecías: las temperaturas se han mantenido razonablemente planas y, sobre todo, por debajo de las predicciones más bajas de los modelos climáticos.
Además, algunas de las bases del documental de Al Gore, como la célebre gráfica del palo de hockey, se han demostrado falsos. Pero hay algo de lo que podemos estar seguros: Gore no pagará ningún precio por los errores de su infundado alarmismo.
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